Por lo general en nuestras casas el servicio de Internet es bueno, funciona normalmente y contamos con variados dispositivos como notebook, tablet y celular. Eso nos ha llevado como profesionales de la educación a poder planificar directamente en nuestra computadora, acceder a una gran variedad de recursos, a la posibilidad de crear actividades interactivas, a realizar capacitaciones online y hasta tener nuestro blog o bitácora docente, etc.
Pero a la hora de llevar todas estas posibilidades a las instituciones en las que trabajamos el panorama cambia. La realidad en las escuelas, sobre todo públicas, suele ser diferente. Y esto se da principalmente en muchos países en desarrollo donde la provisión a Internet en las aulas es prácticamente nula y la provisión de dispositivos escasa. Con suerte algunas escuelas públicas cuentan con una sala de informática, tal como se planteaba en la década de los 90 y con una provisión de computadoras personales (PC). En estos casos se puede hacer lo mejor que se pueda con los recursos con los que se cuenten.
Se está trabajando desde la década anterior en la provisión de netbooks y ahora tablets con numerosos programas y aplicaciones ya instalados para trabajar offline y más recientemente con la provisión de Internet a las escuelas, pero los esfuerzos han sido y son todavía insuficientes.
Por esto hablar de tener que trabajar sin conexión a Internet en determinados lugares, no es hablar de algo resultante de una imposibilidad del momento sino de una por ahora permanente. En algunas ocasiones, en mi caso por ejemplo he provisto de Internet con mi móvil a cierto número de dispositivos en el aula para que un grupo de alumnos trabajara con aplicaciones en línea mientras el resto trabajaba offline o en las hojas de su carpeta. Se trabajó en esos casos con netbooks o en los casos de alumnos de más edad con los celulares.
Pero suponiendo de que partimos de una situación ideal donde hay una buena provisión de notebooks o tablets en el aula más la posibilidad de conectarse a Internet. Aun así, puede suceder que alguna vez la conexión no sea buena o directamente no haya por lo que hay que tener preparado un plan B para poder trabajar fuera de línea.
Como leímos en los materiales del Módulo, trabajar con herramientas que se puedan utilizar offline no solamente resulta valioso para estas ocasiones, sino que constituyen un valor en sí mismas; aun teniendo Internet siempre conviene algunas veces usarlas.
También estaremos trabajando en el aula la resiliencia y la proactividad además de un ejemplo de buenas respuestas frente a la frustración al no poder hacer lo que se tenía pensado por no contar en el momento con Internet.
Las posibilidades de trabajar con herramientas, aplicaciones y otros recursos offline son muchas. Se pueden tener instalados los programas en los dispositivos y los recursos organizados y guardados en carpetas en la computadora o móvil.
El siguiente artículo contiene una lista de posibles aplicaciones (no las únicas) para trabajar fuera de línea:
100 herramientas TIC para aulas offline o desconectadas
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